PILAR DEL CAMPO PUERTA
Sirva este escrito como homenaje al escritor que me abrió los sentidos para la lectura y la escritura literaria, siendo una adolescente.
De manera didáctica, apuntaré que Miguel Delibes, nace en Valladolid el 17 de octubre de 1920.
Quien mejor recoge la biografía, bibliografía y premios del escritor, así como lo que otros autores escriben y opinan de él es la Fundación Miguel Delibes.
Pero me centraré en una entrevista, que en 1985 realizó el periodista Javier Goñi y que recoge en su libro Cinco horas con Miguel Delibes. Entre las confesiones que Delibes hizo a Goñi evoco las siguientes:
Que su recuerdo más remoto de infancia era el patio y las
monjas de un colegio de carmelitas en Valladolid, donde se educó hasta los seis
años. Que amaba la naturaleza, como su padre, quien desde muy pequeño le
llevaba al monte a ver las ardillas, los pájaros, los arbustos, y le enseñó el nombre de
los árboles. Que aprendió los rituales, la técnica, y la manera de no hacer
daño a los animales en la caza de supervivencia. Y que ese contacto con el
ambiente del campo y sus gentes le ayudó a crear una parte de su obra.
Delibes fue también
dibujante; ya en el colegio hacía retratos de sus
profesores. Después, sus dibujos le abrieron las puertas del periódico El Norte de Castilla. También, hizo sus pinitos con el
modelado del barro, por lo que su padre decidió matricularle en la Escuela de
Artes y Oficios de Valladolid para que aprendiera el oficio, aunque no
aprovechó el tiempo como debiera pues prefería salir con sus amigos.
Cursó simultáneamente las carreras de Derecho y Comercio. A los 25 años Delibes ya era catedrático de Derecho Mercantil. También hizo un cursillo intensivo de tres meses en la Escuela de Periodismo en Madrid y enseguida formó parte activa del periódico El Norte de Castilla; le hicieron redactor y empezó a escribir, notas de cine, de libros, de calle; de este modo se fue alejando de la caricatura y el dibujo y se convirtió en periodista.
En los años 40 empieza su interés por la literatura. Y así, en una obsesión por la muerte “de los que me rodeaban y a los que amaba” se atreve a escribir La sombra del Ciprés es alargada. Y con esta obra, “como fui a las oposiciones de Derecho Mercantil, a ver si había suerte”, dice Delibes, fue a por el Premio Nadal y lo ganó en 1947. Ilusionado con el reconocimiento escribe Aún es de día, donde algunos críticos creyeron encontrar ciertos ecos de Galdós, pero en realidad fue un libro sin ninguna repercusión, fruto "de una etapa inexperta y vacilante” según el propio Delibes. Sin embargo, su tercera novela, El Camino (1950) es, sin duda, su primera mejor obra, y a partir de ahí sigue una larga lista, recogida en la Fundación, también en el Instituto Cervantes, imprescindibles en cualquier biblioteca pública y privada.
Para Delibes escribir suponía
sufrimiento y un gran esfuerzo con encontrar el equilibrio. Decía: “Llega un
momento en que escribes como un deber hacia los demás, como una necesidad de
comunicación con los demás. Al principio, no, al principio escribes con la
ilusión de comerte el mundo, de decir algo grande, algo importante; después
llega un momento en que conviertes la escritura en un hábito y escribes como
puedes llamar por teléfono o dar una conferencia. La felicidad de la escritura
no llega hasta el final de la última redacción, pero hasta llegar a eso a mí al
menos, me comporta auténticos sufrimientos”.
“Cuando tengo un tema
para una novela, lo que me lleva más tiempo es pensar el tratamiento que debo
darle al tema. Uno debe encontrar una fórmula adecuada de tal manera que lo que
quiere decir quede cómodamente en ella. No es una decisión caprichosa. Lo normal
es que idees la fórmula para resolver la novela después de tener el tema y a
veces esa fórmula es la que te hace tropezar y te hace desesperar más que la
historia en sí. Sabes lo que quieres decir, pero no sabes cómo decirlo”.
Respecto a la parte personal de este escrito cabe señalar que después de haber devorado gran parte de la obra de mi "estimado Delibes", en un Curso de verano en El Escorial tuve el placer de conocer a su sobrina Amparo Delibes, quien me puso en contacto con el escritor y así pude mantener una breve relación epistolar. Un tesoro del que muestro un ejemplo:
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Fue portada, con apoyo incluido, de la Revista literaria El árbol de las letras |
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Curso de verano en El Escorial: Pilar del Campo, Rafael González (colaborador de este blog) y Amparo Delibes |
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Curso de verano en El Escorial: Pilar del Campo, Amparo Delibes y Rafael González (colaborador de este blog) |
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Me ha parecido muy interesante y espero que sirva para incrementar su
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