La comunicación (I): Ayer, hoy y mañana.

PILAR DEL CAMPO PUERTA

La comunicación ha sido y es una continua sucesión de búsquedas y hallazgos en la historia de la humanidad.


La prehistoria nos dibuja humanos que en su afán por entenderse con los de su especie hacían uso de la comunicación no verbal, es por ello el homo sapiens ha dejado un rastro de comunicación a lo largo de la historia con distintas manifestaciones decorativas (cuerpo, ropas, armas), musicales y sonoras de manera gutural y, más tarde, hablada. Formas de recibir y transmitir información: opiniones, órdenes, consejos, sentimientos... Porque la comunicación es una necesidad.

M. L. DeFleur[1] en sus Teorías de la comunicación de masas, habla de la era de los signos y las señales, que comenzaría con el desarrollo de los prehomínidos que practicaron un tipo de comunicación primitiva para comunicarse entre sí. Esta comunicación se establecía por respuestas instintivas y con un comportamiento comunicativo aprendido mínimo.

El mismo autor diferencia la era del habla y el lenguaje, que se sitúa con la aparición del hombre de Cromagnom (90.000 y 40.000 años a. C.) La aparición del habla, supone un instrumento de gran valor e importancia, de este modo, y con el desarrollo de la civilización y de las lenguas escritas, surge al paso del tiempo la necesidad de comunicarse a distancia de manera regular, para facilitar el comercio entre las naciones e imperios, y para ello se hace uso de los materiales que disponían en cada momento histórico: tabillas de cera y arcilla, papiro, pergamino y papel; elementos escriptorios que se puedan conservar para las transmisiones futuras. A tal efecto, DeFleur distingue la era de la escritura, que se produce en torno a 5.000 a. C., y que surge de forma independiente en varias partes del mundo coincidiendo con el desarrollo de la agricultura (la escritura nace para atender las necesidades de la nueva sociedad en torno a la agricultura).

Raymond Williams[2] en su Historia de la comunicación: de la imprenta a nuestros días, habla de la era de imprenta (siglo XV) como la gran evolución para el servicio de la humanidad con la capacidad de reproducir la comunicación e información escrita a gran escala. Pero también hay que tener presente  la era de los medios de comunicación de masas que comienza a finales del s. XVIII teniendo su punto álgido a finales del siglo XIX con la Revolución Industrial, fundamentalmente en Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Alemania, con el desarrollo de los transportes, el telégrafo y el teléfono; también el cine, la radio, la televisión; vías todas que ayudaron, ayudan y ayudarán a la difusión de la información con el objetivo de llegar al mayor número de personas.

Por último, cabe distinguir una nueva etapa que iría desde los años 80 hacia la actualidad, y es la que se denomina Sociedad de la Información. Siendo la telefonía móvil e internet los más importante medios de comunicación social, creando, en muchos caos, una dependencia casi enfermiza.

En un trabajo sobre la citada Sociedad de la información, ya escribía en 2010, sobre El teléfono móvil. Impacto de la telefonía móvil: pasado, presente y futuro en los siguientes términos: 

"Ingenio máximo como vínculo a distancia entre humanos, por donde fluye tanto la comunicación hablada (mediante la conversación), como la escrita (mediante los mensajes), y la de símbolos (imágenes y fotografías) o, simplemente, la sonora (con las llamadas perdidas). Con el que se cierran tratos comerciales (imprescindible en los negocios) y personales (sobre todo citas); con el que se recibe con puntualidad y precisión todo tipo de información externa (en su unión a medios de comunicación) e interna (asuntos del propio individuo); capaz tanto de proporcionar ocio, como de embargar cuentas bancarias. El teléfono móvil, no cabe duda, que ha creado un antes y un después tras su puesta a disposición del hombre de la calle.

Objeto de deseo desde muy temprana edad, no deja de estar en constante punto de mira como elemento de ingeniería que es, y de estar sujeto al mundo de la moda como un complemento más, que determina  gustos y marca poder adquisitivo. Antropológicamente hablando, el teléfono móvil (junto a otros instrumentos tecnológicos) contribuye a una nueva evolución de la especie humana donde la destreza y la fortaleza en los dedos pulgares queda patente, sobre todo entre los más jóvenes, por ser de los cinco dedos de la mano el que más se ejercita a la hora de escribir mensajes. Mensajes que han hecho evolucionar (o trastocar) la ortografía, y han creado una nueva forma de expresión escrita.

El teléfono móvil, igual que se ajusta a todo tipo de capacidades intelectuales,  también muestras dos caras: la de la  necesidad y la de la incomodidad.  Necesario para los muchos usuarios que precisan estar permanente unidos y conectados con el mundo exterior que les circunda y disfrutan con ellos, e incómodos para los que ven como los tentáculos de la telefonía móvil les agarra y zarandea; o dicho de otro modo, que quieran o no estar siempre localizados y controlados. Sin embargo, con todo, son muy pocos los que hoy en día no viven con un teléfono móvil adosado, y el que fuese descubierto por motivos de necesidad estratégica para servicio de los ejércitos, haya pasado a convertirse en imprescindible en la sociedad actual" (P. del Campo Puerta) [3]



[1]Melvin Lawrence Defleur (1923 - 2017), profesor y erudito en el campo de las comunicaciones y las ciencias sociales.

[2]Raymond Williams (1921-1988) intelectual galés, perteneciente, junto con otros, al denominado Círculo de Birmingham (marxistas británicos, de las décadas del 50-60).

[3] CAMPO PUERTA, P. (2010) El teléfono móvil. Impacto de la telefonía móvil: pasado, presente y futuro. Trabajo del  Master en Gestión de la Documentación y Bibliotecas. Sociología de la Información. 

Bibliografía

DE FLEUR, M. L. y BALL-ROKEACH, S. J. Teorías de la comunicación de masas. Barcerlona: Ediciones Paidós, 1994.

WILLIAMS, Raymond en su Historia de la comunicación: de la imprenta a nuestros días, Barcelona: Editorial Bosch, 1992.

RHEINGOLD, Howard. Multitudes inteligentes (La próxima revolución social). Barcelona: Gedisa Editorial, 2005.

FERRARIS, M. ¿Dónde estás? Ontología del teléfono móvil. Barcelona: Marbot. Fidler, R., 1997.




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