De archivo a archivo para la
conservación final: historia real de una donación en vida (I)
El archivo como definición propia diré que es “todo el
espacio físico, o virtual, que contiene documentos importantes de diferente
condición (personal, profesional, laboral, histórica...) susceptibles de
conservar para hacer que su información perdure en el tiempo, procurando que
sea útil para quien precise consultarlos y además formen parte de la memoria de
la humanidad”.
Aunque existen diferentes
clases de archivos, en la redacción del texto que nos ocupa, haremos alusión a
tres: el archivo personal, el archivo donde se encuentra parte de la
información para añadir a los documentos que se quieren conservar, y el archivo
de conservación final.
Cuando se tiene un archivo
personal y personalizado, y se quiere legar en vida todos o parte de los
documentos a otro archivo con mayor y mejor capacidad para la conservación
definitiva, se puede hacer de dos maneras: 1) Hablando con los responsables del
archivo y dejar todos los documentos para que los profesionales los clasifiquen
y los conserven, y 2) Documentar, lo más ampliamente posible, aquella
parte de la que tenemos información de primera mano para facilitar la tarea de
los catalogadores y de los responsables de esa última y definitiva
conservación.
En este caso se ha optado por
la segunda para realizar la donación al Archivo del Colegio Oficial de
Arquitectos de Madrid de unos bocetos guardados en el Archivo ACM (Antonio del
Campo Machicado) pero añadiendo la información obtenida del Archivo del
Monasterio de las Monjas Carmelitas de Ntra. Sra. de las Maravillas.
Empezaremos por hacer alusión
a la parte donante, el Archivo ACM, del que se habla ampliamente en el
artículo Archivos
personales. Archivos personalizados, donde se encontraban los
bocetos para hacer una reforma, sin que se rompiera la estructura del conjunto de la iglesia del
Monasterio de Ntra. Sra. de las Maravillas, sito en la calle Príncipe de
Vergara nº 23 de Madrid. Se trataba de ampliar la reja del coro bajo,
para tener más visibilidad y participar mejor de la Eucaristía y
otros cultos litúrgicos.
Fue en el año 1983, cuando esta comunidad de monjas
Carmelitas del monasterio de Ntra. Sra. de las Maravillas, vio conveniente
después de la reforma que hiciese el Concilio Vaticano II sobre la
Liturgia, que las monjas contaran con un espacio más amplio junto al altar
mayor, y para eso era preciso solicitar la correspondiente autorización al
Ministerio de Cultura, que dio su visto bueno.
Además, en
palabras de la Priora, Hermana Mª Inmaculada Ochoa: “Había que buscar un
delineante competente, y nos pareció que la persona más indicada para este
cometido tan delicado era D. Antonio del Campo Machicado, del que ya conocíamos
su trayectoria profesional. Realizó el proyecto con mucha perfección por lo que
le estamos muy agradecidas”. Aunque en un principio fue el Estudio Cerezo,
Bueno y Collada, el que analizó el trabajo, la opción presentada no prosperó y,
finalmente, fue la arquitecta Dña. Amparo Berlinches Acín
(Nº de colegiado 2682) quien estuvo al frente de la obra. El trabajo de herrería fue realizado por D. Valentín Laguna que tuvo el taller en la calle María
Ignacia nº 8 de Madrid.
En Acercamiento
a una institución madrileña. El Monasterio de Monjas Carmelitas de Ntra. Sra.
de las Maravillas (2004) queda recogida toda la información del citado
Monasterio, que hace alusión tanto al aspecto religioso y espiritual como
arquitectónico, en el que nos centraremos y del que señalamos que la
primera piedra del edificio actual se puso el 20 de mayo de 1902 bajo la
dirección del arquitecto Manuel Ortiz de Villajos, hermano del también
arquitecto, Agustín
Ortiz de Villajos. Ambos colaboraron en algunas producciones de
arquitectura religiosa, empleando elementos
mudéjares, propios de la época, sobre todo para conventos, asilos, colegios,
iglesias, etc. En este caso, se emplean otros detalles neogóticos en ventanas y
pináculos que rematan las cubiertas. La obra terminada se inauguró
el 29 de marzo de 1904, en el amplio solar donado por la familia
Calderón-Gosálvez, una zona de huertas y sembrados, y que hoy día lo sitúa en
pleno barrio de Salamanca, uno de los más prestigiosos de Madrid. Las monjas se
trasladaron definitivamente el 11 de julio de ese mismo año tras un largo
periplo de circunstancias y ubicaciones.
Preside el altar mayor de la
iglesia la Virgen de las Maravillas. A la izquierda del altar, en panorámica
vista desde la entrada, puede apreciarse la reja que separa la zona privada
desde donde las monjas asisten a los oficios religiosos. También en el interior
del templo destaca la placa con el nombre de los benefactores, Dña. María del
Milagro Gosálvez y D. Saturnino Calderón, así como sus sepulturas a los pies de
la Virgen.
Cuenta la historia que la
donación, en 1627, de la imagen de Ntra. Sra. de las Maravillas al Monasterio
de las Carmelitas, vinculó para siempre la venerada imagen con el hacer
religioso de la institución y el culto de los fieles. Esa imagen ha acompañado
a las monjas en todos sus traslados, por lo que las imágenes posteriores son
copias. De esta manera, dos artistas quedan vinculados a dichas imágenes: Ricardo
Font Estors (1893-1982), escultor y fotógrafo del que se conserva
una amplia colección de negativos de esculturas
y relieves en el Museo Reina Sofía, fue quien realizó la imagen para la antigua iglesia
de las Maravillas en el barrio de Malasaña, en la calle Dos de Mayo, y Federico
Coullaut Valera (1912-1989) quien la talló para la iglesia
del Monasterio en la calle del Príncipe de Vergara; merecedor del título
de uno
de los mejores escultores religiosos del siglo XX.
Durante la Guerra Civil las iglesias sufrieron grandes daños
y se perdieron muchas imágenes, las restauraciones son de los años 40. En el
caso de talla del Monasterio de Príncipe Vergara, el Niño
Jesús que acompaña a la virgen es el original pues se salvó de la destrucción;
es la misma figura que un día encontraron las monjas en su huerto, junto a las
caléndulas, también conocidas como maravillas, flores que ponían en las manos
de la Virgen y donde también pusieron la pequeña imagen.
Todas las dificultades que la
comunidad carmelita tuvo desde sus orígenes en 1612, cuando Dña. Juana de
Barahona fundó una casa-comunidad religiosa "para doncellas pobres y bien nacidas que pudiesen vivir con recogimiento, oír misa y recibir los Santos Sacramentos", con autorización del Papa Pablo V, en la calle Hortaleza
de Madrid, hasta la actualidad, se recogen en Memorial testimonio. Monjas
carmelitas. IV centenario de la Fundación 1613-2013 (2013), y también en el
Portal de Archivos Españoles (PARES), con la referencia Convento de
Nuestra Señora de las Maravilla de Madrid (España) donde la mayor parte de
las fuentes documentales provienen de su propio archivo, porque no hay que
olvidar la importancia que para la sociedad y para la investigación tienen los diferentes
archivos; en este caso los archivos
eclesiásticos.
Por último, se trata de que los bocetos de ampliación de la reja del coro bajo, con los datos oportunos de información, se conserven en el archivo del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), con el visto bueno de su responsable y el reconocimiento de que dichos documentos serán valiosos a futuro. También se ha donado al citado archivo COAM una colección de recortables sobre arquitectura de Ediciones La Tijera de Madrid, fundada por don Francisco Atienza c.1924 y con producción hasta 1962; pionera en recortables de construcciones civiles de finales del siglo XIX y principios del XX, y monumentos nacionales (Serie 10 y Serie 35), a las que pertenecen algunas de las láminas donadas.
A la misma institución, pero
en este caso a la biblioteca
COAM, del archivo ACM se han donado todos los libros relacionados con
dibujo: Láminas de dibujo lineal (Somoza, A.), Dibujo topográfico, serie
B y C ( Soto Hidalgo, J. del, 1933) Tratado elemental de dibujo
(Commeleran, A., 1901), Cartilla de dibujo geométrico I y II (Peñas, P.,1919)
y Tratado de dibujo (Sola Torrella, J, 1961 y 1963).
Todo lo expuesto sirve para
animar a donar con la intención de conservar para las generaciones futuras; poner al servicio de toda la sociedad las pertenencias particulares.
Si tenemos en cuenta la
pregunta de: ¿Los archivos personales son legados olvidados? La respuesta
inmediata es sí y, además, con posibles diferentes finales: 1) Reparto entre
parientes para tener un recuerdo, lo que lleva a la fractura del archivo
principal y, por tanto, a la fractura histórica de la información; 2) Destierro
en sótanos y desvanes por no saber cómo actuar, con el añadido de la mala
conservación que eso puede acarrear para los documentos y las personas debido a
la fauna y flora destructiva; 3) Compra-venta en establecimiento de
antigüedades con la finalidad de deshacerse de ellos de una manera honrosa,
pero muy fragmentada y exponiendo la intimidad de unos (sobre todo fotos y
cartas) al coleccionismo especulativo de otros, pues, lo que unos desprecian a
otros les sirve, y 4) Lo más triste, es acabar en contenedores de basura sin
más miramiento que la destrucción total de la memoria y rastro de su productor,
o productores, pues casi siempre un archivo personal está unido a un archivo
familiar.
La donación debe ir acompañada
de un buen asesoramiento, una buena documentación e información de cada
documento u objeto donado, y el pleno convencimiento de que la conservación es
la mejor opción para que los legados particulares no se pierdan y queden a buen
recaudo, todo agrupado, o en el destino correspondiente.
Para finalizar, sirva como bibliografía todos los enlaces señalados en el texto, al que se adjunta un álbum fotográfico -de elaboración propia- relativo a lo donado.
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Foto 1: Fachada del Monasterio de las Maravillas. |
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Foto 2: Placa exterior del Monasterio de las Maravillas. |
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Foto 3: Placa exterior de la Iglesia de las Maravillas. |
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Foto 4: Interior de la capilla. Altar mayor con la Virgen de las Maravillas. |
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Foto 7. Visto bueno para la realización de reforma, con el sello del Ministerio de Cultura. 1983. |
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Foto 8. Dibujo de la reja primera del coro bajo antes de la reforma, elaborado por D. Antonio del Campo Machicado, con el sello del Ministerio de Cultura. |
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Foto 9. Boceto de la reja final del coro bajo después de la reforma, elaborado por D. Antonio del Campo Machicado. |
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Foto 10. Detalle del proyecto para la sujeción del arco de la reja, elaborado por D. Antonio del Campo Machicado. |
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Foto 11. Vista lateral de la reja terminada de la zona privada de clausura, gracias a la intervención de la arquitecta Amparo Berlinches Acín. |
Conclusiones:
Todo lo narrado es fruto de una experiencia real: la donación en vida de D. Antonio del Campo Machicado (Archivo ACM) a los archivos adecuados, pero construyendo la historia de cada documento para que tengan una conservación con identidad propia.
La importancia, o la conveniencia, de donar en vida es tener la seguridad de dejar el archivo personal en manos expertas evitando, además de la pérdida documental, trasladar un problema a los herederos. Además de ser conscientes del beneficio para la sociedad y los futuros investigadores.
Ha sido el Archivo COAM el receptor final de algunos de los documentos mencionados del archivo personal ACM, habiéndose entregado el correspondiente escrito explicativo para que pueda adjuntarse al expediente. Se hace extensiva la mención al Archivo MM. Ntra. Sra. de las Maravillas por su colaboración, a la que también se entrega una copia del discurso explicativo, que a su vez será conservada en el citado archivo, lo que refuerza la idea inicial de la importancia de los archivos.
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